Por un momento creí entender de lo que hablaba Cortázar, aquella maga, caminando por alguna "rue" de París; sosteniendo su brazo por las calles húmedas del centro de la ciudad, mientras una ligera llovizna caía sobre nosotros. No es sencillo explicar el cómo idealice a una maga dentro de mi cabeza, ella encaja en la perfección con este personaje. Con un abrigo sucio y unas botas, cabello despeinado y teñido de blanco. Tomando vino en un callejón del centro de la ciudad, revolcándonos en la calle mojada, riendo, excitándonos, corriendo por las calles oscuras, llorar abrazados. Sí, eres la Maga que soñé.