Se acerca la temporada de lluvias.
Y el verano.
Y me tengo que preparar.
Y hay mucho por hacer. Y qué hacer.
Y qué vivir.
(Por suerte)
Detrás del concreto. En los días nublados. Entre la música. En la velocidad de la lluvia. Puedes encontrarme.
Compartir el otoño.
No es algo que se pueda dar, ni algo que se pueda almacenar. Es pasajero. Sensible. Volátil.
Y por tanto invaluable.
Húmedo.
Bienvenida lluvia.
No voy a morir.
Nos habremos de despojar de nuestra capacidad para entender al mundo. Y solo después, hablar de belleza.
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